lunes, 2 de agosto de 2010

Tic Tac Toe

A veces me pregunto qué tan bueno es aprender cosas nuevas. Es indiscutible que es algo entretenido, y en cierta forma te llena como persona, pero qué pasa cuando empezás a darte cuenta de cosas que antes no sabías?

Ciertamente se disfruta.

Pero qué pasa cuando esas cosas que descubrís, empiezan a restarle importancia a cosas en las que creías?

De repente, leyendo sobre la selección natural, te das cuenta que somos una especie más del montón. No somos nada especial, las cosas simplemente se dieron para que evolucionemos de esta forma. Profundizás un poco más, y los sentimientos, amistades, familia, toman otro color, bastante más opaco que el anterior.

Más tarde, discutiendo sobre religión, comenzás a notar que a la que pertenecías tenía tanto de verdadera como todas las otras. Escarbas un poco más, y terminás entendiendo la verdadera función de toda religión. Te duele admitirlo (o no), pero sabés que no hay razón para creer en nada más allá de la vida, así que alma, espíritu, cielo, infierno, dios, y varios otros conceptos pasan a ser simples cosas de la ciencia ficción.

Tiempo después, comenzás a plantearte la moralidad del aborto. Cómo puede ser que se legalice la matanza de tantas personas?! Pero alguien que ya estuvo en tu lugar, te muestra como todo tu concepto de vida, persona, humano, estaba muy sobrevalorado, y bajo tanto peso argumentativo, qué más puedo hacer que darle la razón, si indiscutiblemente la tiene.

La vida hace un par de años era mucho más grande que la vida de hoy, pero a fin de cuentas era una mentira. Tampoco esta tan mal, casi 100 años para hacer lo que se te antoje, todavía te queda el libre albedrío... cierto?

No tardás en darte cuenta que todo lo que nos rodea es consecuencia de otra/s cosa/s, y esa/s otra/s cosa/s, consecuencia/s de otra/s.

Entonces, si todo lo que hacemos tiene algún motivo anterior, si toda decisión que tomamos se basa en la estructura de nuestro cerebro, y ésta tiene esa forma por cosas por las que pasamos a lo largo de nuestra vida. Dónde entra el libre albedrío.

Te das cuenta que no existe. No sos más que una pieza de domino, que cae porque la anterior la empuja.

Empezás a pensar en como esta simple idea cambia todo, TODO. Qué tanto vale tu vida? tus logros, fracasos, experiencias; todo eso es parte del dominó, vos no hiciste nada. Vos no sos nada. La vida, la tan preciosa vida que en un comienzo era algo casi mágico, hoy no es nada.

Pero no te gusta como suena eso. Lo aceptas, pero la experiencia te enseñó a ser cauto. Si en 21 años de vida aprendiste todo eso, cuánto más podés aprender en las dos terceras partes que te quedan?

Lo único que te mantiene con tantas ganas de seguir es eso. El saber. Tal vez algún día lo vas a usar para cambiar las cosas, para darle vida a la vida. O tal vez aprendas que no somos nada, y así va a ser por siempre.


Y acá iría un final copado en el que con humor se da un vuelco y algo de esperanza al lector, algo que lo deje con una sonrisa en la cara y una sensación acogedora, pero no se me ocurre nada, y tampoco este es el verdadero final, porque queda mucho por recorrer, aunque no se vos, capaz que recién empezás, o estás muy por adelante mio. Si es así, convidame un poquito, no seas rata, autómata de mierda!

:)


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